martes, 14 de agosto de 2012

La Oración


"Puesto que la oración es el centro de la persona de Jesús, la participación en la oración es necesaria para su verdadero conocimiento".
Ahora tratamos de la única puerta para entrar en el conocimiento de Cristo: la oración. La persona de Jesús es constituida por su relación con Dios Padre, y para captar esta relación sólo se puede hacer si se entra en esta misma relación mediante la oración. La relación de Cristo con Dios Padre es una relación de entrega total de Cristo como Dios y como hombre al Padre. Esta entrega total como Dios consiste en que todo el Verbo de Dios se entrega al Padre; y como hombre, la entrega total significa la entrega de Cristo hombre al Padre hasta la muerte. Esta doble entrega es la que constituye a Cristo como persona divino-humana. Por tanto para conocer a Cristo hay que entrar en el acto de entrega por el que es constituido como persona. Si no se entra en este acto de donación del Hijo de Dios al Padre no se sabe en absoluto quién es Jesucristo. Este acto de donación es un acto de participación en la oración de Jesús; es un acto de expropiación y de donación amorosa de parte de quien quiere conocer a Jesucristo. Es el “ojo del amor”, al decir de Ricardo de San Víctor.
Así pues, la relación trinitaria Padre-Hijo es de absoluta entrega. Así debe ser la oración para conocer al Verbo divino humano. El creyente deberá orar dentro de la oración del Verbo de Dios, como hijo de Dios en el Hijo de Dios. Así participa en la filiación divina; y esta participación es la única manera de conocer a Jesucristo. Conocer a Jesucristo consiste por lo tanto, en un ejercicio fundamental de oración.

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