sábado, 22 de octubre de 2011

“Cristo, culmen de la Historia”

Una tercera corriente brota del convencimiento de que no existe el hombre absoluto, sino el hombre de todos los días, el hombre que sale al encuentro en las circunstancias ordinarias con sus condicionamientos filosóficos, económicos, biológicos, sociales y espirituales. En esta forma  el hombre se encuentra inserto en el tejido histórico de la humanidad. La cuestión sobre Cristo es así la cuestión sobre el sentido de Cristo en la ordinariedad de la vida. En lo concreto se busca el sentido de la historia como totalidad. Toda la historia de la humanidad, lo acepte o no, tiene su término y finalidad, lo mismo que su inicio, en Cristo. Él es el centro de todo el acontecer humano; sin Él la ordinariedad y así la historia de esta persona o bien de toda la humanidad, no tiene sentido.  Ha habido ideologías que tratan de dar este sentido, recientemente han sido el Idealismo alemán y el Marxismo y ahora el Consumismo relativista; La Cristología entra en competencia con estas Ideologías y cualesquiera otras que han tratado y tratan de dar el sentido total de la historia. Sin Cristo todo es absurdo y sin sentido.

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