martes, 16 de agosto de 2011

¿Trivial o Trágico?


En la vida de todos los días hay dos planos que se experimentan: el plano de la trivialidad y el plano trágico. El plano trágico es raro. Se da por ejemplo en momentos álgidos de amor o de muerte. El plano trágico interfiere con el plano trivial y hace que en la vida de todos los días superemos el plano trivial y nos planteemos preguntas profundas. La respuesta a estas preguntas exige que vivamos el sentido de nuestra vida. Esta seriedad de respuesta hace que el plano trivial se revista de un halo de profundidad y ese mismo plano trivial deje de serlo, para convertirse en respuesta personal al plano trágico. Cuando la respuesta profunda  es la fe en Jesucristo como encuentro personal con Él, entonces la existencia total reviste una modalidad de respuesta definitiva a lo que pudiera ser el plano trágico; distinta de acuerdo a la personalidad de cada uno. Esta respuesta da a quien se la puede dar, gozo, serenidad, tranquilidad y paz. Se despliega en toda su riqueza y plenitud la vida, que se agradece como el gran regalo de Dios, y así lo trivial deja totalmente de serlo, superando cualquier nivel trágico y adentrándose plenamente en toda la felicidad del amor.

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