jueves, 7 de julio de 2011

3. Cuatro retos al proyecto humano actual

Primer reto: Las neurociencias (Autores principales: Changeus J-P, L’home neuronal; Dennett D. Consciusness Explained; Little Brown and Company, La mente e le menti, verso una comprensione della conscienza, Milano 1997, Boston 1991). Se hace una lectura materialista de la vida psíquica que identifica lo mental con lo físico; se estudia la memoria, los centros de la palabra, los centros de los estados emotivos, a través de la resonancia magnética, la tomografía por emisión de positrones y otras metódicas de “imaging” del cerebro. Todo converge en una interpretación organicista de la vida psíquica.
Segundo reto: Las ciencias “cognitivas”, según el funcionalismo computacional introducido por Hilary Putnam, los estados y los procesos mentales serían idénticos a los estados o procesos computacionales de la mente-cerebro lo que se expresa con una metáfora: la mente es el “software” que gira dentro de nuestro “hardware” cerebral (Putnam H., Minds and Machines, en Hooks, editado por “Dimensions of mindi, New York, 1960) El estudio de las redes neuronales realiza progresos notables y evoluciones con un continuo re envío desde la inteligencia natural a la artificial.
Tercer reto: El Evolucionismo, o sea la afirmación de la continuidad entre el hombre y el animal en contraste con la idea de hombre en el pensamiento occidental construida en contraposición a la idea de animal: humanidad y animalidad aparecen como términos de una polaridad irreductible; el dominio del logos y el uso general de la palabra o de la razón, califica al hombre y señala la distancia incolmable que media entre él y el animal. Según los autores del así llamado “principio antrópico”, el cosmos está estructurado desde su inicio de tal manera de admitir la aparición en su seno, en algún  estadio, de seres capaces de recoger la íntima inteligibilidad (Theilard de Chardin).
Cuarto reto: La Genética, el descubrimiento de la base genética no sólo de los caracteres físicos, sino también de las disposiciones a contraer enfermedades de tipo temperamental, de ciertas inclinaciones normales o desviadas, y delante de la posibilidad de leer el programa genético del hombre, la perspectiva de poder intervenir y manipular este programa a través de la ingeniería genética, están provocando profundas repercusiones en nuestra consideración del hombre, de sus elecciones y de sus conductas. El determinismo genético hacia conductas normales o desviadas, avanza la duda si nuestra libertad sea o no más condicionada de cuanto se suele sospechar.
Aceptando lo que sea real y no mera ficción en estos avances de la neurociencia, de las ciencias cognitivas, del evolucionismo y de la genética, podemos pensar que todo el problema se resuelve de acuerdo al conocido dualismo: causa instrumental, causa principal, la causa principal, inmaterial, actúa a través de la causa instrumental, material, así esté constituida ésta por neuronas, genes  o similares. Se conoce así mejor la naturaleza inmaterial del entendimiento, de la voluntad y de la libertad y su íntima relación con lo corpóreo así sea minúsculo.

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